lunes, 16 de diciembre de 2013

Extracto

Él fue un artista, y quién será capaz de pararse a su lado?
Porque del mismo modo que un gigante avanza rechazando con desprecio las olas que se le oponen,


 el avanzó

 hasta los limites mas extremos de su arte.

Desde el arrullo de las palomas, hasta ronco trepidar del trueno; desde las mas sutiles armonías, entretejidas con los mas hábiles recursos del arte, hasta ese terrible punto en que ese mismo tejido se deshace en el estallido sin control de las fuerzas de la naturaleza… el atravesó todo, abarcó todo.

 Aquél que lo siga no puede simplemente continuar su camino, tendrá que comenzar de nuevo. Porque él llegó hasta el mismo lugar donde el arte termina

Él fue un artista, pero también fue un hombre.

 Un hombre en todo el sentido de la palabra, en el más alto.

 Porque se apartó del mundo, lo llamaron misántropo, y porque se mantuvo indiferente al sentimentalismo, lo llamaron insensible.
 Ah, el que se sabe duro de corazón, no tiene necesidad de apartarse! (Solo lo mas tierno, es lo mas fácilmente lastimado, herido, quebrado!)

Un exceso de sensibilidad siempre evita el espectáculo de sus sentimientos! Él huyó del mundo, porque en el repertorio completo de su amante naturaleza, no encontró armas con que defenderse. Se apartó de la compañía de los hombres después de haber dado todo y no haber recibido nada a cambio. Permaneció solo porque no encontró su otro yo.

Pero hasta su muerte preservó su corazón humano latiendo calidamente por todos los hombres, su corazón de padre latiendo por su propio pueblo, por el mundo entero.

Y ustedes, que han seguido su cortejo fúnebre hasta este lugar, sostened vuestro dolor.

 Vosotros no lo habéis perdido, lo habéis ganado.

 Ningun hombre entra vivo en los salones de la inmortalidad. El cuerpo debe morir antes que esos portales se abran.
 Aquel por quien os estáis lamentando, se encuentra ahora ya, entre los hombres mas grandes de todos los tiempos, invulnerable para siempre. Volved a vuestros hogares entonces, acongojados pero serenos. Y cuando, a lo largo de vuestras vidas, el poder de su obra rompa sobre vosotros como una tormenta, cuando el gozo se os vuelque en el medio de una generación que aun no ha nacido; entonces recordad esta hora, y pensad: estuvimos allí cuando lo enterraron, y cuando el murió nosotros lloramos.


entierro de Beethowen, Ludwig Van.

A las puertas del cementerio, el actor Heinrich Anschütz leyó la Oración Fúnebre escrita la noche anterior por el poeta Franz Grillparzer

Beethoven viñeta

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